Cuando abanzamos por el tiempo somos como un domador de leones haciendo el número de los trapecistas. A menudo olvidamos nuestro lugar, nuestro momento y casi siempre perdemos la consciencia del valor, de aquello que merece la pena. Al fin y al cabo, podemos encontrar el equilibrio de nuevo, volver a la cuerda, y descubrir que el futuro es un conjunto de puertas abiertas por escojer, y que nada es mejor que entrar y salir sin miedo y aprovechar todas aquellas oportunidades que sean bonitas, bonitas sin más, como las cosas sencillas que la vida puede regalarnos.
viernes, 24 de julio de 2009
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bonitas, sin más.
ResponderEliminarqué bonito es leer algo así por aquí!
oh, també estàs per aquí.. :) doncs et segueixo!!! (sóc .November del flickr!!)
ResponderEliminarun petonet
Y maldita sea la lógica, claro está :)
ResponderEliminara veces el problema viene cuando te equivocas de puerta, y no puede retroceder hacia atrás. sólo esperar que pase el tiempo y abrir una nueva puerta. Esperándo que sea mejor!
ResponderEliminarobsesionado con el tiempo? mucho de lo que leo por aqui y en tu flickr va relacionado con ello.
ResponderEliminarMe encanta lo que escribes